domingo, 5 de enero de 2014

¿Fárrago de Fantasías?


 "Si alguno quitare de las palabras del libro de esta profecía,
Dios quitará su parte del libro de la vida"
Apocalipsis 22:19.

Vicente Blasco Ibáñez ocupa un lugar prominente en la literatura hispana. Una de sus más exitosas obras se titula "Los Cuatro Jinetes del Apocalipsis", tan bien escrita que los magnates del cine la convirtieron en un éxito de taquilla. ¿De dónde sacó este autor tan singular título? Lo extrajo de la Biblia, ciertamente el libro más popular e influyente de todos los siglos. En efecto, este libro de la Biblia ha sido fuente inagotable para escritores, poetas, visionarios, oportunistas religiosos y otras especies. Es un libro fascinante pero también enigmático; muy simple si se lo entiende, complejo si no; puede consolar o confundir, usarse para bien o abusarse para mal.

Tal vez Ud. jamás leyó este curiosísimo libro en cuyo caso se está perdiendo una experiencia excepcional. Si lo lee alguna vez se va a encontrar con cosas sumamente raras. Verá monstruos de otra manera inconcebibles; leerá de sueños extravagantes o quizá lo considere Ud. pesadillas; pasarán ante sus ojos cataclismos y calamidades, desastres, epidemias y pestilencias; oirá el sonido de agudas trompetas y observará animales que jamás ha visto. Solo una de estas descripciones más modernas y trasmite bien el pensamiento: "De ese humo salieron langostas que volaban por la tierra y se les dio poder como el que tiene los alacranes de la tierra. Las langostas parecían caballos listos para la guerra; en la cabeza tenían algo que parecía una corona de oro y su cara era como de hombre. Tenían cabellos como cabello de mujer y sus dientes parecían de león. Sus cuerpos estaban protegidos con una armadura como de hierro y el ruido de sus alas era como el ruido de muchos carros de caballos cuando corren a la batalla. Tenían cola como el alacrán, con aguijón. Y en su cola tenían poder para hacer daño a la gente durante cinco meses". (Apocalipsis 9:3; 7-10)

De esto puede Ud. darse una idea por lo menos de lo que se puede encontrar en este último libro de la Biblia. Es lógico entonces que tanta gente haya hecho tantas cosas con estas visiones escalofriantes. ¡Si se habrán dicho palabras y se habrán montado teorías en base a lo que se encuentra escrito en este libro! Tan es así que autores respetables han llegado a la conclusión de que todo no es más que "un fárrago de fantasías sin fundamento". Cuatro jinetes, el número 666, calles de oro, el gran trono blanco, un ángel que vuela por el cielo, la Gran Babilonia, la marca de la bestia, la mujer y el dragón. Bien podría el hombre concluir, si desconoce la esencia y el dinamismo del libro, que es "un fárrago de fantasías sin fundamento".

Pero lo más trágico de todo esto es que bien intencionados líderes religiosos han manipulado este precioso segmento de la Biblia para fines no siempre aceptables y pocas veces dignos. Hay un sinfín de personas que han cometido muy serios errores en sus uso de estas magníficas revelaciones del cielo. Han concentrado su atención en los detalles y han perdido el impacto total del conjunto; han visto los pétalos pero no la flor o la flor en vez del ramillete; han escuchado el primer violinista en vez de la orquesta o un pentagrama en vez de la sinfonía. Esto es sumamente peligroso dado el carácter simbólico y un tanto extravagante del libro.

Pero, ¿Es el Apocalipsis un fárrago de fantasías? Enfáticamente no. Es parte integral de la infalible Palabra de Dios -- parte del mensaje eterno de Dios a un mundo confuso y frecuentemente desconsolado y sin sosiego. El Apocalipsis fue escrito para las víctimas de las fuerzas diabólicas de este mundo, para los que no han entrado aún en las fronteras del magnífico reino de Dios, para los fieles creyentes de todos los siglos; en una palabra, para el mundo. Su mensaje es relativamente simple: Hace ver que las cosas no son como parecen. ¡Y cuan urgente es la necesidad en estos tiempos de confusión de ver las cosas como son! El Apocalipsis nos hace ver que la historia, todo el panorama desee el principio hasta el fin; nos muestra lo que fue, lo que es y lo que será. Indica con toda claridad que hay algo en la historia que la hace de una pieza; algo que domina el escenario ya lo cual todo lo demás está subyugado. Es La historia del Hijo de Dios y de su pueblo a lo largo de los siglos, en medio de sus tribulaciones y pruebas, víctima a veces pero triunfante al fin; perdiendo batallas pero ganando la guerra. ¡Mísero aquél que quita de las palabras del libro de esta profecía porque Dios quitará su parte del libro de la vida!

No es un fárrago de fantasías; es un mensaje de las fuerzas satánicas que operan en el mundo. Dice a los esclavos del mal y del malo que todas sus estratagemas y toda su violencia y sus ideas diabólicas y sus triunfos son nada más que una quimera. Podrán ciertamente infundir desaliento, sembrar la discordia, hacer popular la mentira y la injusticia pero no será para siempre. Todo lo contrario. Estas fuerzas demoniacas deben saber que llegará el día de su fracaso total, de su destrucción categórica, de su expulsión definitiva de este mundo creado por y para Dios. Pero no es solamente profético desastre; es también un mensaje de advertencia, típico de la ternura conmovedora de Dios. ¿Cree Ud. que Dios se hubiese molestado en dar a publicidad este libro del Apocalipsis si no fuera porque Él quiere que los impíos se vuelvan de sus malos caminos y vivan nuevamente la vida plena? Este libro hace ver claramente que todos esos movimientos que descartan la verdad y justicia divina se dirigen derecho al abismo y por eso aconseja que se arrepientan mientras haya tiempo.

El Apocalipsis es un mensaje para los que están fuera del reino de Dios. Ese reino ha estado hace siglos en esta tierra, ha predicado y predica su mensaje de paz y perdón, ha conquistado fronteras invisibles, pero hay muchos todavía que viven fuera de ellas. No han conocido la felicidad plena de quienes han sido hechos hijos de Dios; vagan por el mundo aferrándose a pequeños palitos para no hundirse en las aguas turbulentas del diario vivir pero no encuentran satisfacción. Se creen buenos y santos y justos y malvados e impuros e injustos pero la realidad es que lo que creen de sí mismos nada tiene que ver con la realidad de las cosas. Están aún fuera del único reino que prevalecerá para siempre jamás; el reino que empezó hace muchísimos siglos, que continúa en vibrante existencia y que será el único victorioso cuando las cenizas de este mundo desaparezcan al fin. Este es un mensaje para Ud. hombre, mujer o joven que vive sin destino, sin propósito y sin seguridad. Cristo Jesús vino al mundo para rescatar, ayudar, arrebatar de las fauces del infierno a quienes en Él creen, esta es la invitación tierna de este libro fantástico: "El que tiene sed venga y el que quiera, tome del agua gratuitamente".

Este es un mensaje para todos los creyentes. En medio de sus lágrimas y lloros pueden oír las exclamaciones de triunfo; en medio de la persecución a que se ven sometidos ven llegar al gran consolador; desde la penumbra de sus prisiones observan la llegada del gran libertador, aunque el mundo contemporáneo no entiende, Dios sí. ¡Ánimo pues creyentes de todos los países de la tierra! Vuestro sufrimiento y vuestras penas tendrán su recompensa; vuestras luchas actuales serán coronadas con el éxito rotundo y final. Tened valor y sonreíd, que las cosas no son como parecen: Vuestro Salvador ha vencido al mundo; solo un poco de tiempo y llegará el día de las reivindicaciones. ¡Firmes y adelante!

El Apocalipsis es un mensaje para el mundo entero, porque todos los elementos del mundo se encuentran allí detallados. El mensaje es este: Solo Cristo es duradero y todo el que a Él pertenece. La cuestión es si Ud. le pertenece a Él.    

La Hora de la Reforma