Cuando
tu mente está completamente concentrada en los problemas te impide tener paz en
tu corazón, poder meditar en la Palabra de Dios y ser un hombre de poder. Jesús
dijo: “pero las preocupaciones de esta
vida, el engaño de las riquezas y muchos otros malos deseos entran hasta ahogar
la palabra, de modo que ésta no llega a dar fruto” (Marcos 4:19, NVI).
Tal
vez sientas, en este momento, que estás enfrentando una situación difícil e
imposible, y te preocupas por lo que podrías hacer para solucionarlo, pero, si
eso es lo único que haces, le estás demostrando a Dios que no dependes de Él
sino de tus propias fuerzas. Jesús dijo: “separados de mí no pueden ustedes
hacer nada” (Juan 15:5, NVI). Fuiste creado por Dios para depender de Él,
entregarle a Él todos los retos de tu vida y permitirle que te ayude con ellos.
¡Dios
no te diseñó para que llevaras a cuestas tantos problemas! Él te hace descansar
porque sabe que es necesario, Jesús hizo el llamado diciendo: “Venid a mí todos
los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28,
RV60). Jesús quiere que le entregues tus cargas porque Él tiene cuidado de ti.
Existen muchas cosas en la vida sobre las cuales no puedes hacer nada al
respecto, pero ¡Dios si puede!
Debes
entender: “Lo que es imposible para los hombres es posible para Dios” (Lucas
18:27, NVI). ¡Dios hizo todo lo que ves de la nada, Él puede hacer brotar agua
de la roca! Sustituye la preocupación por la confianza en Dios y verás
progreso.
Tu
preocupación no mueve la mano de Dios, pero ¡Tu fe si lo hace!
¡LEVÁNTATE
DE LA MECEDORA DE LA PREOCUPACIÓN Y AVANZA!
No se inquieten por nada;
más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios
y denle gracias (Filipenses 4:6, NVI).
Dejen todas sus
preocupaciones a Dios, porque él se interesa por ustedes (1 Pedro 5:7)
Adaptado