Mateo 22:37
Jesús resumió toda la ley en
dos grandes mandamientos: ”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu
mente, toda tu alma todas tus fuerzas…y el segundo es semejante la primero:
“Amarás a tu prójimo como a ti mismo...”
¿Con qué amaremos a Dios?
1. Con
todo el corazón: La razón por la cual Jesús nos dice que sea con todo nuestro
corazón es muy simple, ya que ahí se encuentra todos nuestros caminos, metas y
nuestra voluntad. Por lo tanto Dios quiere que lo amemos, no por obligación,
sino por voluntad propia.
2. Con
toda la mente: Tanto en el corazón como en la mente se encuentra nuestra
voluntad pero en este último también se encuentra el control de lo que haces. Es
importante cuidarlo y evitar que nuestra mente quede en manos equivocadas
mediante malos consejos o hacer las cosas que a Dios no le agrada.
3. Con
toda el alma: A veces, tomamos decisiones por emociones, lo que nos puede cegar
nuestra meta y hacernos equivocar. Dios quiere que no pensemos con nuestras
emociones ya que habrá momentos en que quizá el enojo esté presente y muchos
sabemos que pensar estando enojado no es muy buena idea. Pero que nuestras
emociones estén enfocadas hacia aquel Dios que todo lo sabe y que tiene una
respuesta para cada uno de nosotros en cada momento de nuestra vida.
4. Con
todas nuestras fuerzas: Cada día necesitamos de esa energía para hacer las
cosas que hacemos y tener un ánimo adecuado. Enfocar con ánimo y energía y un
amor hacia Dios, puede hacer que el día de hoy, no importa la hora, Dios nos
pueda halar o podamos hacer grandes cosas para Dios.
Cuando nos dice Jesús que
amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, es ver a cada persona que nos
rodea como si fuera parte de nuestra familia, de ahí la razón por la cual está
resumida toda la ley. Estrecharle la mano a un amigo y darle un abrazo fuerte,
no es amar a un amigo, es simplemente saludar a un amigo, pero preocuparte por
él y ver que se encuentre mejor que nosotros mismos, eso es amarlo.
Jesús sabía el destino de
cada persona en la tierra y lo dejó todo. Siendo pobre pero teniendo riquezas
que nadie puede contra, dejándose golpear e insultar, teniendo el poder más
grande conocido por la historia, también siendo el Señor de Señores y lavarle
los pies a sus discípulos y morir en la cruz, solo para que tú y yo vivamos
mejor en la tierra, simplemente eso es amor al prójimo.
Compilado