martes, 29 de mayo de 2018

El Dios que nos perdona


“De lo profundo, oh Jehová, a ti clamo. Señor, oye mi voz; estén atentos tus oídos a la voz de mi súplica. JAH, si mirares a los pecados, ¿Quién, oh Señor, podrá mantenerse? Pero en ti hay perdón, para que seas reverenciado.” Salmo 130:1-4

Es fácil caer en la trampa de pensar en Dios como un policía demasiado celoso  de su tarea, que se goza cuando encuentra a alguien haciendo una cosa mala y se complace en castigarlo por su error. Algunos viven las agonías del infierno, sufriendo por adelantado lo que sienten que es el castigo que merece su equivocación. Otros piensan que Dios se ofende con nuestros pecados; al pedirle perdón, él se cruza de brazos y se niega a dárnoslo, según esa forma de pensar. Esas falsas imágenes de Dios nos impiden llevarle nuestros problemas y recibir su ayuda para poder soportarlas.Según la imagen que presenta la Biblia, Dios está esperando que nos dirijamos hacia él para pedirle su perdón

Perdonar a los demás

Es difícil hacerlo, pero Dios es paciente con nuestras indecisiones. Una vez que hemos experimentado el perdón de Dios, el deseo de vengarnos y de tener resentimientos, comenzará a ser menos atractivo.

Si realmente hemos recibido el perdón de Dios, entonces ya no tendremos el mismo anhelo de buscar venganza ni guardar rencor. Perdonar a los demás puede resultar muy duro, especialmente cuando nos damos cuenta que el haber estado criticando a los otros nos ayudaba a pasar por alto nuestras propias fallas. Pero  ahora podemos vivir como quienes han sido beneficiados por la generosidad de Dios.

De este modo, podemos ser generosos en nuestras relaciones, libres del afán de coleccionar las cosas malas que nos hayan hecho y acordarnos de ellas.

Compilado