lunes, 30 de diciembre de 2019

El desánimo



El apóstol Santiago dijo por la inspiración del Espíritu Santo: "El hombre de doble ánimo es inconstante en todos sus caminos" (1:8) ¿Conoce usted a alguien que hoy diga una cosa y mañana cambie de opinión? Sin lugar a dudas no sólo conoce a una persona así, sino a muchas. 

El desánimo significa literalmente sin ánimo. Al señor y la señora desanimados los encontramos en el trabajo, en el vecindario, en la congregación y hasta en el ministerio. 

El desánimo es una barrera sicológica que taladra los pensamientos. De ahí, taladra los sentimientos. Finalmente, llega y agujerea la voluntad. La persona desanimada se aprisiona en su propio calabozo por la falta de auto-estima, del deseo de querer superarse y de lograr realizarse en toda su potencialidad. 

El señor y la señora desanimados son muy volubles en su carácter y fracasan mucho en sus promesas. No están dispuestos a pagar el precio del éxito. Les agradan las cosas emocionales y del momento. Pero metas a largo plazo, que exijan disciplina, dedicación y paciencia, les hacen desistir fácilmente. 

Bien claro dice el texto sagrado: 

"El hombre de doble ánimo es inconstante en sus caminos”. 

- Comienza muchas cosas, pero termina algunas. 
- El desánimo lo lleva siempre a un callejón sin salida. 
- La persona desanimada pierde la confianza de otros. 
- Nunca es fiel en lo que se le encarga. 
- Mientras la emoción está en ebullición se mueve, pero si se apaga, se paraliza. 

Tengo una receta para ti que te desanimas: 

- Admite que eres tú quien te desanimas y no culpes a otros.
 
- Desarrolla patrones disciplinarios. 

- Sé realista y práctico. NO te ilusiones. La ilusión lleva al desánimo. La realidad mantiene el ánimo por encima de todo. 

- Pídele ayuda al Señor Jesucristo. Es mejor que ningún consejero. Él sabe por qué tú te desanimas y te aflojas tan pronto. 

- No temas en orarle, llorarle y rogarle para que te inyecte ánimo. El gustosamente lo hará si tú lo dejas. 

Kittim Silva 


jueves, 28 de noviembre de 2019

¿Cómo murieron los apóstoles?


1. Mateo: Sufrió el martirio en Etiopía, asesinado con una espada.

2. Marcos: Murió arrastrado por caballos por las calles de Alejandría, Egipto.

3. Lucas: Ahorcado en Grecia después de su tremenda predicación a los perdidos.

4. Juan: Fue metido a una vasija de aceite hirviendo en Roma y milagrosamente no murió. Estuvo preso en las minas de la isla de Patmos. Allí escribió Apocalipsis. Fue liberado y viajó a Turquía sirviendo como obispo de Edesa. Fue el único apóstol en morir pacíficamente, anciano.

5. Pedro: Fue crucificado boca abajo en una cruz, porque le dijo a sus torturadores que se sentía indigno de morir de la misma manera que Jesucristo.

6. Santiago: El líder de la iglesia en Jerusalén, fue arrojado del pináculo sureste del templo a más de 30 ms. cuando se negó a negar su fe en Cristo. Sus enemigos, al ver que no murió en la caída, lo golpearon hasta la muerte. (Ese pináculo fue el mismo donde Satanás llevó a Jesús durante la Tentación).

7. Santiago, hijo de Zebedeo: Como era un fuerte líder de la iglesia, fue decapitado. El oficial romano que lo custodiaba en el juicio miraba sorprendido como Santiago defendía su fe. Condenado Santiago a ser decapitado, fue llevado por este oficial al lugar de ejecución. Vencido por convicción, el oficial declaró su nueva fe al juez y se arrodilló junto a Santiago para aceptar la decapitación como cristiano.

8. Bartolomé: Conocido como Nathaniel, fue misionero en Asia. Testigo de nuestro Señor en la Turquía actual. En Armenia, fue azotado a latigazos, por predicar.

9. Andrés: En Patras, Grecia. Después de ser azotado severamente por 7 soldados fue crucificado y puesto en la cruz con cuerdas para prolongar su agonía. Siguió predicando a sus verdugos durante 2 días hasta que murió.

10. Tomás: Fue atravezado con una lanza (empalado) en India durante uno de sus viajes misioneros para establecer la iglesia en el subcontinente.

11. Judas: (No Iscariote) Fue asesinado con flechas cuando se negó a negar su fe.

12. Matías, elegido para reemplazar a Judas, fue apedreado y decapitado.

13. Pablo: Torturado y luego decapitado por Nerón en Roma, año 67. Sufrió un largo encarcelamiento, donde escribió sus muchas epístolas a las iglesias que formó.

Bibliografía:
La Blibia.
Tito Flavio Josefo (Jerusalén, c. 37-c. 100). Historiador judío fariseo, descendiente de una familia de sacerdotes. Hombre de acción, estadista y diplomático.
Dorman Newman, historiador religioso siglo xv.
David Snell “How Did Each of the Original Twelve Apostles Die?”

viernes, 25 de octubre de 2019

El verdadero Halloween


Año Nuevo de los Celtas

El 31 de octubre es el día más importante en el año satánico. Marca el Año Nuevo de los Celtas, antiguo pueblo de Gran Bretaña. En esta fecha terminaba la época de las cosechas. Ellos tenían las siguientes creencias: hasta el 31de octubre reinaba Baal, dios celta de la primavera y el verano. Desde el 1º de Noviembre reinaba Sanhaim, el dios de la muerte. El 31 de octubre de noche, era un intervalo entre los dos reinados. Las barreras entre lo natural y lo sobrenatural dejaban de existir y los muertos aprovechaban para deambular por el mundo de los vivos, a veces interfiriendo violentamente sus asuntos. Por este motivo el festival del 31 de octubre era considerado el "Festival de la Muerte". De ahí también los colores de esta festividad: el naranja representa al otoño, y el negro, representa a la muerte. En este día, el dios de los celtas llamaba a los espíritus de los malvados que habían muerto en ese año. Al mismo tiempo, otros espíritus recorrían los campos atacando a las personas. La noche del 31 de Octubre, era una noche de horror para el pueblo celta: podían ser atacados por fantasmas, malos espíritus y demonios, y por los mismos sacerdotes druidas. Era el momento de los sacrificios humanos. Hombres, mujeres, ancianos y niños eran llevados a la fuerza y encerrados en grandes cajones de madera y paja. Allí los sacerdotes les prendían fuego. Luego de estos sacrificios, los sacerdotes tenían una comida de acción de gracias, junto a las cenizas.

LOS DRUIDAS
Los celtas tenían sacerdotes satánicos, llamados Druidas. Los druidas existían en Gran Bretaña, Roma y Grecia. El 31 de Octubre los Druidas iban de casa en casa, demandando ciertas comidas, y aquellos que se las negaban eran maldecidos. Se atormentaba a la gente mediante la práctica de magias. En sus recorridas, los Druidas llevaban grandes nabos que habían sido previamente vaciados y tallados con formas de caras y emblemas satánicos. Se creía que cada nabo contenía al espíritu del demonio que dirigía o guiaba personalmente al sacerdote, era su pequeño dios. Se usaban vestimentas para ocultar la identidad del druida que amenazaba a la gente con maldiciones, si no le daban la comida que requería.

ADIVINACION
Los que practicaban la adivinación sabían que esta era la noche en que tenían más éxito. Invocaban a Satanás para que los ayudara en sus esfuerzos. Una de las formas de adivinación era poner manzanas en un tubo y lograr hacerlas entrar en sus bocas, sin morderlas. El primero que lo lograba, tendría buena suerte ese año. Luego pelaban la manzana y tiraban la cáscara por sobre el hombro y se daban vuelta enseguida para mirar alrededor. Esperaban ver una visión o la aparición de la persona con quien se iban a casar.

SACRIFICIOS
Estas cosas ocurrían ya varios siglos antes de Cristo. Se hacían sacrificios a los dioses, especialmente al dios de la muerte. Los sacrificios eran de todo tipo, desde vegetales hasta de seres humanos. Esto se siguió practicando durante siglos, en algunos lugares hasta el día de hoy.

EL SIGLO OCTAVO
En el siglo octavo el Papa Gregorio III en un esfuerzo por que la gente dejara de realizar este festival al dios de la muerte, trasladó el Día de Todos los Santos del 13 de Mayo al 1º de Noviembre. El Día de Todos los Santos honraba a los mártires de la persecución de Roma. Pero no funcionó. Nunca sirve cristianizar una festividad pagana. Lo santo y lo pagano no se mezclan!

EL NOMBRE
El nombre Halloween proviene del hecho mencionado anteriormente. Todos los Santos en inglés era "All Hallow", o "all holy". Con el tiempo se le agregó la terminación "en", una abreviatura de "evening", que significa anochecer, momento en que comienza la festividad. De allí el nombre "Halloween".

LA EDAD MEDIA
En la Edad Media hubo un gran resurgimiento de prácticas satánicas, brujerías y magia, tal como está ocurriendo hoy en día. Durante este tiempo surgió la creencia de que las brujas viajaban en escobas a los "sábados negros" (el aporte de las brujas cada 31 de Octubre), a adorar a Satanás. Eran guiadas por espíritus, muchas veces en forma de gatos negros. Los Druidas adoraban a los gatos, en la creencia que eran la encarnación de seres humanos malos.

LA FESTIVIDAD LLEGA A AMERICA
América del Norte desde su colonización fue declarada una tierra donde se respetaría todas las creencias religiosas. Esto abría las puertas para que las fiestas de los druidas fueran implantadas allí. Sin embargo no fue hasta 1848, cuando debido a una gran hambruna que sobrevino en Irlanda, y millones de irlandeses emigraron a Norteamérica, que esta costumbre se implantó en el
Nuevo Mundo. Los irlandeses trajeron con ellos las festividades Druidas. En América encontraron un elemento que no tenían en el Viejo Mundo y lo incorporaron a las festividades: las calabazas. Las vaciaban y convertían en linternas, con velas adentro, con las que iluminaban sus reuniones. Una práctica que sigue hasta hoy.

LA IGLESIA SE INVOLUCRA
Este festival de muerte ha sobrevivido a todos los esfuerzos cristianos de desterrarla. Es una festividad que siempre fue de naturaleza satánica. Satanás ha seducido a los cristianos a unirse en esta celebración. Hoy está tan difundida y encubierto su verdadero origen, que los padres no se dan cuenta de lo que simboliza que sus hijos salgan a pedir comida (golosinas), y los disfraces, las calabazas talladas y todos los demás adornos de esta celebración pagana. El 31 de Octubre es el día que esperan todos los satanistas y ocultistas del mundo entero para dar honor a Satanás y para orarle a él pidiendo la caída de la Iglesia de Cristo Jesús y la destrucción de las familias. Es la noche del sacrificio humano a Satanás. Es el mejor día del año para Satanás. No es un día de una celebración inofensiva!!!

HALLOWEEN MODERNO
Veamos ahora a la celebración actual del Halloween. ¿No es toda una temática de tinieblas, muerte, miedo, amenazas, destrucción y mal? Hay brujas, palos de escoba, murciélagos, lechuzas, esqueletos, muerte y monstruos. Hay países (cada vez más) en que a los niños se los disfrazan de demonios, brujas, fantasmas y salen a la calle cuando ya está oscuro, a repetir los que hacían los Druidas: pedir comida, solo que ahora piden golosinas y en vez de maldiciones, amenazan con travesuras. En Halloween habrá adivinación, casa encantadas, velas prendidas e invocación a espíritus. Habrá sacrificio de perros, gatos, ratas, gallinas, cabras y hasta  seres humanos! Podemos pensar: " no es para tomarlo tan en serio". Pero el maligno lo hace y también Dios lo toma en serio.

QUE NOS DICE LA BIBLIA
En Jeremías 10:2 leemos: "No aprendáis el camino de las gentes". ¿Debería una persona que desea agradar a Dios dedicar su tiempo y apoyo a celebraciones como esta? ¿Debería permitir que sus hijos participen en las actividades populares relacionadas con este festival pagano. ¿Dónde está el énfasis? ¿Estamos desarrollando los frutos del espíritu o permitimos que ocasiones como esta nos hagan desarrollar una tendencia a la idolatría, enemistad, lucha, celos, enojos y egoísmo (Gál. 5:19-23).? ¿Promueven el amor a Dios y a su Hijo, Jesús, o nos involucra con demonios, brujerías, y una cantidad de otras actividades que están específicamente condenadas en la Biblia?

Halloween nunca ha sido una festividad cristiana y no tiene lugar en la vida de un creyente que ha nacido de nuevo en Cristo Jesús. En realidad, es una abominación al Señor, y debemos tomar una posición firme en contra de la fiesta y todo lo que ella encierra. Vemos que su historia es netamente pagana, y la expresión moderna también lo es.

Compilado

Referencias Bíblicas:

Oseas 4:6; Deuteronomio 18:9-14; Santiago 1:27;  Filipenses 4:8;
Deuteronomio 7:25-26; 1Tesalonicenses 5:21-23;  1 Corintios 10:19-23



sábado, 28 de septiembre de 2019

Todo tiene su tiempo



Todo tiene su tiempo y todo aquello que hay debajo del cielo tiene una hora determinada. Encontrarás el tiempo de nacer y el tiempo de morir. Tendrás el tiempo de plantar y el tiempo triste de arrancar lo que alguna vez sembraste. Habrá tiempo de matar y tiempo de curar; tiempo de destruir y tiempo de edificar lo que alguna vez cayó.

Habrá el tiempo de llorar y el tiempo de reír.  ¿Te fijaste que después de todo ello habrá tiempo de bailar? Pero te lamentarás de esparcir las piedras y tendrás tiempo para juntarlas. Pero si sé que hay momentos que a tu vida la abrazarás pero alguna vez no lo harás porque los tiempos son malos…

Tendrías un tiempo entonces de buscar lo mejor y un tiempo de perder. Sin embargo, valorarás tu vida y tus fuerzas, hay esperanza entonces de tener un tiempo de guardar lo que Dios te dio, y un tiempo de desechar lo que te hizo sufrir en esas circunstancias.

Pero descubro que hay tiempos de romper y tiempos también de coser nuevamente. Experimentarás  los tiempos de callar pero esperarás tamvbién  el tiempo de hablar . Será así tu tiempo de amar plenamente y si alguna vez la injusticia y el desastre te invadiera, tendrás el tiempo también de aborrecer lo que no era verdadero y lo defenderás en los tiempos de guerra para así conquistar otra vez lo perdido en el tiempo de paz.

¿Qué provecho tendríamos en lo que trabajamos en aquello que nos afanamos? Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él. No obstante, todo lo hizo hermoso en su tiempo y ha puesto la eternidad en el corazón de sus hijos sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio del mundo, hasta el fin de todo lo creado...

Yo conocí que no hay cosa mejor para los hombres que alegrarse y hacer siempre el bien en su vida. También es un regalo de Dios que todo hombre se alimente y beba, gozando así el bien de todo lo que ha hecho y ha encontrado.

También comprendí que todo lo que Dios hace será inacabable, perpetuo, sobre todo lo que hizo. No se añadirá más ni tampoco se disminuirá. ¿Sabes por qué? Porque Dios lo hace para que en su presencia lo reconozcan todos los hombres, ni más ni menos. Aquello que fue, ya es; y lo que ha de ser, fue ya; y Dios restaura lo que pasó.

Roque Puell López Lavalle

viernes, 2 de agosto de 2019

Queriendo yo un día


Q
ueriendo yo un día saber quién era Jesús, fui al mar y entre los acantilados de la costa, encontré a Pablo, el anciano que tanto lo amaba. Solícito él a mis preguntas y a mis inquietudes, tuvo a bien responderme de esta manera:

- Jesús no fue como el Buda, el sabio Confucio, Sócrates el filósofo o el famoso Platón. Ellos fueron solamente hombres que hasta hoy, nos han deslumbrado con sus pensamientos. Más ellos si no lo sabías, jamás resucitaron de los muertos como el Maestro y te aseguro que seguirán estando así, entre los espíritus perdidos, durmiendo eternamente en la tumba de los desconocidos...

- Jesús no es una emoción intensa o un arrobamiento que inunda nuestra alma limitándome el pensar para solamente sentir una gran emoción, no... Él es el Señor de la vida y que vive en mi ser llenándome de Su paz que no cambia así vengan las tormentas de este mundo. También me da la convicción de que él no está muerto y que hoy, está vivo todavía...

- Jesús no es la reencarnación de seres humanos o de animales que ya vivieron en otros cuerpos. Eso no es una realidad, no existe tal pretensión, porque yo sé que él me dará una morada en el cielo cuando yo muera, viéndole cara a cara esperándome él mismo con los brazos abiertos...

- Jesús es quien ama y protege a mi familia y no desea que nadie los desvíe por ningún motivo con algún vano conocimiento o algún atajo que los quiera llevar lejos del único camino que los lleva a Su Padre. Él es la verdad que muchos por ignorancia no la conocen y es la vida que vamos a experimentar junto a Él,  después que hayamos muerto...

- Jesús no es vendedor de cuentos, fantasías y pretendidas sanidades que engañan a muchas personas a cambio de un dinero. ¿Cuántos mercaderes de la fe hay verdad? Él venda y cura tus heridas, hace milagros para salvar tu existir, no te cobra dinero alguno por sanarte pero él también te llevará pronto a Su casa en el cielo, para librarte de tu sufrimiento...

- Jesús es aquél que te hace empresario y digno de un mejor salario si eres justo con tu obrero sin hacer con el dinero lo que tú quieras. Si trabajas con ahínco y no eres un usurero, Él te prosperará con todo lo que te falta y así tu familia se sentirá segura y no le faltará nada solamente por Su fidelidad...

Entonces, luego de un buen rato de conversación, volví por mi camino y estuve callado meditando en lo que habíamos hablado. Donde las dudas ya me alcanzaban y la ignorancia había hecho su tienda, esta sencilla manera de decirme esta verdad, me hizo comprender mucho de mí y pude darme cuenta que aunque recorra el vasto universo o quiera obtener mucho conocimiento, yo sabré al fin, quién es Jesús...

Pr. Roque Puell López Lavalle

Enlace: https://www.youtube.com/watch?v=ufS8-zW3Ugg

miércoles, 31 de julio de 2019

¿Cómo agradar a Dios?


"Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros como os conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más. Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por medio del Señor Jesús; porque esta es la voluntad de Dios: vuestra santificación;" (1 Tesalonicenses 4:1-2).

En esta primera carta, el apóstol Pablo, después de saludarles y expresar su gratitud a Dios por el testimonio de aquellos hermanos, reconociéndoles su dedicación a Dios desde el principio (cap.1), les refiere lo que fue su labor ministerial entre ellos, su trabajo y fatiga, su entera dedicación por el bien espiritual de ellos, encargándoles solemnemente que anduviesen como es digno de Dios, quien los llamó a su reino y gloria (cap.2). Él continúa dando gracias a Dios porque su labor entre ellos fue fructífera, pues recibieron las palabras que les habló, no como palabras de hombres, sino según es en verdad la Palabra de Dios.

Ellos habían dado testimonio de su fe sufriendo por el evangelio, como también las iglesias de Dios en Cristo Jesús que estaban en Judea, padeciendo de los de su propia nación igualmente que ellos. No faltaría quien dijera cosas falsas del apóstol: Como que no tenía intenciones de visitarles nuevamente. Él se disculpa por la tardanza, y a la vez enfatiza su gran anhelo por ver el rostro de aquellos que son su gloria y corona; atribuye su imposibilidad de haberles visitado al estorbo obrado por Satanás. ¿Cómo fue eso? No lo sabemos, pero sabemos que es cierto.

Al no poder ir -y con el objeto de afianzarles y exhortarles en la fe, para que ninguno se inquietara por sus tribulaciones, les envió a Timoteo, su fiel colaborador, el cual regresó de ellos con buenas noticias que produjeron gran gozo en el apóstol, por lo cual da gracias a Dios y ora ferviente y constantemente con el deseo y la intención de volver a visitarles y completar así lo que faltare a su fe. Él confía que Dios mismo dirigirá su camino; mientras tanto, les desea que el Señor les haga crecer y abundar en amor y que sus corazones sean afianzados, para que sean irreprensibles en santidad delante de Dios y en la venida de Cristo (cap.3).

Notamos que, aunque ha habido exhortación de manera incidental en los tres primeros capítulos de esta carta, es a partir del cap.4 cuando el apóstol empieza a dirigir exhortaciones a la práctica de una vida piadosa, como hace en todas sus cartas. Notamos, por las palabras del apóstol en el 4:1 que hay una transición aquí, se está pasando de una cosa a otra. El les ha estado refiriendo todas aquellas cosas, importantes por cierto, pero ahora tiene algo más que agregar. Su carta no estaría completa si faltara la parte exhortativa. Se da la instrucción y entonces se pasa a reclamar la obediencia a la misma. Se emite la ley y entonces se espera el cumplimiento. No es correcto reclamar obediencia a un mandamiento no declarado. El apóstol les ha enseñado cómo vivir la vida que agrada a Dios, por eso les dice:

A. LA MANERA DE EXHORTAR

"Por lo demás, hermanos, os rogamos y exhortamos en el Señor Jesús, que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más". Por las palabras: "por lo demás, hermanos", Pablo está señalando a esas otras cosas importantes que debían ser cuidadas. [Ilustración. A veces, cuando nos saludamos se nos pregunta u ofrecemos cortésmente información sobre nuestros asuntos: familia, negocios, iglesia, etc., puede ser que acerca de algunas cosas digamos: "esto está así, aquello asá", pero sobre otros asuntos, no menos importantes, podemos decir: "lo demás está bien".] En este caso, "lo demás" que el apóstol señala, es un llamado a la conducta consecuente en virtud de las instrucciones recibidas, es un reclamo a la obediencia. Son sus exhortaciones -de orden- a la conveniente práctica de la conducta enseñada por el apóstol a fin de agradar a Dios.

El conocimiento intelectual no basta, no es suficiente; es más, dice la Escritura que el conocimiento envanece; obviamente, se refiere a esa clase de conocimiento que sólo se halla en la cabeza, pero que no ha bajado al corazón. Un dicho popular, dice; "Del dicho al hecho hay mucho trecho". ¡Es verdadero el dicho! "La fe sin obras es muerta". Puede haber conocimiento intelectual, puede haberse observado el testimonio de un ministro fiel como el apóstol Pablo, y aún así, necesitaremos una continuada amonestación y exhortación a conducirnos como es digno de nuestro santo llamamiento. Ciertamente, el buen testimonio y la instrucción apostólica comunicada por los ministros del Señor a Su iglesia son parte integral de su disciplina instructiva. Somos instruidos en la conducta santa por los preceptos y ejemplos bíblicos.

De paso, el apóstol Pablo enseña una vez más, por vía de su propio ejemplo, la manera de ejercer el ministerio como siervo de Cristo, como quien está llamado a ejercer autoridad, a amonestar, exhortar, reprender, aconsejar, etc. a la iglesia del Señor, como quien ha de dar cuenta ante el Señor. En nada favorecen a la iglesia aquellos supuestos ministros que se la pasan gritando, imponiendo sus criterios, ejerciendo dominio o señorío sobre los hermanos, obligándolos o forzándolos en alguna manera a hacer cuanto se les antoje. El apóstol Pedro ruega con mucha humildad a los ancianos -como él- a pastorear la grey de Dios, cuidando de ella, no por fuerza, sino voluntariamente, no por ganancia deshonesta, sino con ánimo pronto; no como teniendo señorío sobre los que están a su cuidado, sino siendo ejemplos de la grey (1 Pedro 5:1-3). El mayor entre nosotros es el siervo.

Una buena forma de gobernar la grey del Señor es la manera mansa y humilde de presentarles la palabra del Señor, de amonestarles y exhortarles, lo cual el apóstol Pablo hace -lo mismo que los demás apóstoles- rogando y exhortando en el Señor Jesús. Esto es, en la esfera de Su reino: la iglesia, y por la autoridad conferida por el Señor. Pudiera ser que, ante la manera suave y mansa de hablar de un ministro de Jesucristo, que se dirige a sus consiervos con ruegos y exhortaciones, aparezcan quienes opinan que tal hombre no tiene autoridad, que de esa manera no llegará a ninguna parte, porque el concepto que tienen respecto al ministro o predicador del evangelio, es que debe ser un hombre que lanza rayos y centellas desde el púlpito y hace que todos tiemblen, y así conseguir algún resultado en sus oyentes; pero eso no fue la práctica ni la enseñanza de los apóstoles ni del Señor Jesús.

El ministro de Jesucristo predica la Palabra, da el consejo de Dios con mansedumbre, ruega que dicha Palabra sea obedecida y no desechada, que sea puesta en alto, valorada, como Palabra de Dios y no de hombres, porque sabe las funestas consecuencias de rechazar la palabra (:8) "...el que desecha esto (refiriéndose, por supuesto, a su exhortación en los versículos anteriores), no desecha a hombre sino a Dios, que también nos dio su Espíritu Santo". Téngase en cuenta que estas palabras del apóstol se las está dirigiendo a aquellos que habían recibido la palabra en medio de gran tribulación con gozo del Espíritu Santo.

Esto nos indica claramente que no basta con haberla recibido en alguna ocasión anterior o al principio en ese espíritu de mansedumbre, sino que debe ser una constante. Cada vez que se les hable o se les dirija la predicación o el consejo, como dice Santiago: "...recibid con mansedumbre la palabra implantada, la cual puede salvar vuestras almas" (Santiago 1:21). Pero algunos ponen sus ojos en el predicador, y al menospreciar al predicador menosprecian a Dios y a su Palabra.

Es el mismo Espíritu Santo quien ha puesto a hombres falibles, a unos de entre otros, según le ha parecido, a cuidar del rebaño del Señor; después de todo, quien verdaderamente cuida y edifica su iglesia es el Señor, pero él usa a aquellos que ha llamado para este ministerio, capacitándoles además para eso mismo. Pablo dijo a los ancianos de Efeso que cuidaran del rebaño del Señor, sobre el cual el Espíritu Santo los había puesto como supervisores, y al recordarles que se trata de la iglesia que el Señor compró con su sangre, les está diciendo implícitamente con cuánto amor, ternura y entrega la deben cuidar. Y el apóstol Pablo lo sabe y lo practica muy bien, es, por tanto, un ejemplo digno de imitar.

Ahora bien, hermanos, la Palabra del Señor comunicada por sus ministros jamás será desechada sin atraer graves consecuencias a quienes se rebelan, pues, como dice el apóstol en el v. 6 "...el Señor es vengador de todo esto".

Los ruegos, amonestaciones, exhortaciones, reprensiones, consejos, etc. que son comunicados  a la iglesia en general y a cada miembro de la iglesia en particular por los ministros del Señor no son cosa de juego, no son palabras que se lleva el viento. Deséchese la labor de los ministros y ¿qué tendremos? No la iglesia del Señor, sino una sinagoga de Satanás. Los pastores son siervos de Cristo, ocupados en cumplir la voluntad del Señor en la iglesia. Es Cristo mismo quien los ha colocado en su lugar o posición de servicio, ellos mismos no se consideran dignos de tal distinción. Pablo dice: "Doy gracias al que me revistió de poder, a Cristo Jesús nuestro Señor, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio" (1 Timoteo 1:12). Hermanos, no es sabio menospreciar la labor de los siervos del Señor, el equipo humano que el Señor de la iglesia está empleando para apacentar su grey.

Ellos comunican la Palabra por vía de ruegos y amonestaciones amorosas. Esto no quiere decir que a veces no pierdan los estribos, sobre todo cuando a causa de la falta de sometimiento hacen la obra del Señor entristecidos, con quejas. Pero estas cosas no se imponen por la fuerza, ese no es el método de Dios, aquí no se trata de la ley del más fuerte, ya sea física o temperamentalmente, no es asunto de astucia humana; porque la fuente de las palabras usadas es Dios mismo. Así que, no es de sabios ignorar de dónde proceden estas palabras.

Cualquiera pudiera decir, luego de la predicación o del consejo pastoral: "Eso dice ese hombre", y no sentir -por el momento- ningún remordimiento, pero si "ese hombre" es un ministro de Cristo, fiel a Su Palabra, aunque no suba la voz, aunque no golpee en el púlpito, aunque no se imponga mediante algún artificio humano, tarde o temprano se dará cuenta de que fue un error desechar su consejo, despreciar la amonestación o la exhortación pastoral. Recuerde: Su problema no es con el siervo sino con el Señor del siervo. "...porque el Señor es vengador de todo esto". Sí que podemos descansar, el Señor nos deja a nosotros la parte de hacer el bien, de hacer misericordia, de bendecir; si nos tratan mal, la venganza es de él. La ira es de Él, de nosotros la intercesión, la misericordia.

Un caso del A.T. ilustra el punto. Tomó Moisés mujer cusita, y sus hermanos, María y Aarón murmuraron contra él y se sublevaron. Dijeron: "¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Dios" (Números 12). Y si sólo lo hubieran pensado, de igual manera los hubiera oído el Señor. No sólo hay que cuidarse de la murmuración, sino también de los malos pensamientos. Ni se le ocurra hacer algo así, o acariciar malos pensamientos, pero si lo va a hacer, por lo menos hágalo en donde Dios no lo pueda oír; pero tal cosa es imposible, porque Él todo lo oye, todo lo sabe.

Esta historia de la murmuración de María y Aarón la hemos leído una y otra vez y conocemos las funestas consecuencias que le sobrevinieron, especialmente a María, a causa de esta rebeldía. Jehová les preguntó luego: "¿Por qué, pues, no tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés?" Como castigo, María quedó leprosa. La parte de Moisés: Orar por misericordia a favor de sus hermanos. Hermanos, no son sin culpa quienes se rebelan contra los siervos de Dios, mansos como Moisés, tampoco lo son quienes no se acojan a los consejos de los ministros que el mismo Señor ha puesto en sus lugares de servicio.

B. LA INSTRUCCIÓN APOSTÓLICA

¿Cuál es el ruego o exhortación específica que el apóstol hace a los hermanos tesalonicenses? En una palabra: Obediencia. Que den una respuesta obediente a las instrucciones apostólicas que les han sido comunicadas en nombre del Señor Jesús. Lo cual, el apóstol hizo, no sólo en palabras sino también por medio del ejemplo (ver. Filipenses 4:9), les dice: "Que de la manera que aprendisteis de nosotros cómo conviene conduciros y agradar a Dios, así abundéis más y más"

Aquellos hermanos gozaron del ministerio personal del apóstol Pablo y sus compañeros. Aunque Pablo no esté entre nosotros no tenemos menos, porque tenemos la Palabra que el Espíritu Santo ha inspirado y que ha sido escrita para enseñarnos, redargüirnos, corregirnos, instruirnos en justicia, a fin de que seamos enteramente preparados para toda buena obra. La iglesia se sobreedifica sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo (Efesios 2:20).

La Palabra de Dios es la espada del Espíritu; y los verdaderos ministros del Señor bajo el control del Espíritu se ocupan en trazarla bien, procuran no oscurecer el consejo, no agregarle ni quitarle, sino enseñar como el apóstol Pablo "todo el consejo de Dios", predicando a tiempo y fuera de tiempo. El apóstol cumplió en parte su labor entre ellos, les enseñó "cómo les conviene conducirse y agradar a Dios". Y desea volver a verles para completar lo que falte a su fe. Habiendo sido comprados por la sangre de Cristo para Dios su Padre, nuestra vida no debe tener otro objetivo que no sea conducirnos santamente para agradar a Dios.

C. EL OBJETIVO: CONDUCIRSE SANTAMENTE PARA AGRADAR A DIOS

Ya que estamos hablando de esto, conviene examinar: ¿Cuánto esfuerzo hacemos por conocer la voluntad de Dios y para cumplirla a fin de agradarle a Él? Tú piensas la respuesta y de inmediato surge la excusa: "Es que no tengo tiempo, tengo mucho trabajo". Como siervos del Señor, libertados del pecado, nos hallamos bajo su autoridad, la cual deseamos cumplir de manera gozosa, agradecidos por su amor y bondad hacia nosotros, y sus mandamientos -que no son gravosos- nos han sido dados en Su Palabra, la cual debemos escudriñar con el objeto de conocer más profundamente su voluntad para con nosotros.

¿Quiénes pueden efectivamente agradar a Dios? Proverbios 11:20b nos dice que "los de camino intachable le son agradables". David dijo en 1 Crónicas 29:17 "Yo sé, Dios mío, que tú escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada". Aún siendo salvos nos acecha el peligro de desviar nuestro sometimiento, y en lugar de servir a Dios y agradarle nos hacemos esclavos de los hombres procurando agradar a los hombres. El apóstol escribió a estos hermanos de su firme determinación de agradar a Dios al cumplir su ministerio entre ellos, les dijo en (1 Tesalonicenses 2:3,4) léase. Esta es, sin lugar a duda, una característica del verdadero ministro de Jesucristo, porque como Pablo les dice a los Gálatas, (Gálatas 1:10).

¿Quiénes no puede agradar a Dios? Romanos 8:8 nos dice: "y los que viven según la carne no pueden agradar a Dios". ¿Y cuál es el problema del que vive en la carne? Que "la mentalidad de la carne es enemistad contra Dios; porque no se somete a la ley de Dios, ya que ni siquiera puede". El hombre carnal no agrada a Dios, es un enemigo de Dios, porque no quiere ni puede someterse a Dios. Vemos nuevamente la relación que existe entre agradar a Dios y someterse a Él en obediencia.

No pueden agradar a Dios, son enemigos de Dios, no quieren ni pueden someterse a Dios porque no tienen fe, como nos dice Hebreos.11:6 "Y sin fe es imposible agradar a Dios". En el versículo anterior nos dice que Enoc fue trasladado para no ver muerte, que Dios lo trasladó; y que antes de ser trasladado, "tuvo testimonio de haber agradado a Dios". El mismo escritor a los Hebreos citó al profeta Habacuc y el mensaje que Dios le dio: "Mas el justo vivirá por fe", y agrega: "Y si retrocediere no agradará a mi alma" (Hebreos 10:38).

¿Cuáles beneficios o resultados acarrea el agradar a Dios? Aunque nuestra entrega y servicio al Señor en gratitud a Él deberían ser incondicionales (ya se nos ha enriquecido), el mismo Dios nos estimula por medio de promesas de premios y recompensas o buenos resultados, los beneficios que se hallan ligados a nuestra vida de obediencia a Él.

Vivimos en un mundo lleno de enemigos (gratuitos), no es fácil vivir en paz con los hombres impíos. Si nos ocupamos en agradar a Dios, él se ocupara en hacer que nuestros enemigos estén en paz con nosotros. Proverbios 16:7 nos dice: "Cuando los caminos del hombre son agradables a Jehová, aún a sus enemigos hace estar en paz con él". Otros beneficios (Eclesiastés 7:26; Juan 8:29).

El apóstol les refresca la memoria, ellos habían sido instruidos, pero tienen necesidad de que se les recuerde lo ya enseñado, pues se les ha instruido con el evangelio eterno, no con doctrinas que cambian con el tiempo, que procuran adecuarse a la época, muchos tuercen así las Escrituras, pero nuestro Señor ha dicho: "El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán". Les dice el apóstol:  "Porque ya sabéis qué instrucciones os dimos por medio del Señor Jesús", y entonces pasa -por decirlo así- a darles un repaso que comprende los versículos 3-7. Todo el repaso se halla bajo el titulo, y enmarcado por la declaración de que la voluntad de Dios es nuestra santificación (:3 y: 7).

Sean las palabras de este mensaje motivo de meditación a fin de asegurarnos de estar correctos en la actitud que tenemos frente a la Palabra del Señor predicada y frente al ministro del Señor.

Félix M. Paulino


sábado, 29 de junio de 2019

El Nuevo Nacimiento


Juan 3:3-8

El hombre no puede cambiar: HAY QUE HACERLO DE NUEVO. El Señor Jesús dijo: “El que no naciere de nuevo no verá el reino de Dios”.

I. ¿Qué es el Nuevo Nacimiento?

a. Lo que no es: No es un proceso, no es remendar la vida vieja. No es algo que se hereda. No se logra por el cumplimiento de un rito u ordenanza.

b. Lo que sí es, según la Biblia:

1. Tener un nuevo corazón y una nueva naturaleza (Ez. 11:19,20, 2 Pedro 1:4) Involucra una acción sobrenatural. Dios pone su Espíritu Santo e nuestros corazones, haciéndonos nuevas criaturas. (2 Corintos 5:17)

2. Pasar de muerte a vida (1 Juan 3:14) Nos habla de un cambio radical.

3. Tener vida eterna. (1 Pedro 1:3-5)

II. ¿Cómo es la vida ahora?

Dado que Dios nos ha hecho “nuevas criaturas”, con poder para vivir una vida nueva y abundante, ahora tenemos:

1.    Una nueva seguridad: Gozamos de paz y comunión con Dios, gozo en medio de las circunstancias difíciles, una nueva esperanza y vida eterna con Dios. (Romanos 8:28-32)

2.    Paz y gozo: La comunión con Dios nos brinda paz y gozo indescriptible porque ya no hay barrera de pecado entre Dios y nosotros. (Juan 16:33, 14:27)

3.    Nueva perspectiva: Tenemos nuevos anhelos y una nueva visión de la vida. Dios nos da nuevos valores y nuevos intereses. (2 Co. 5:17, Mt5:6, 1P.1:8,19)

4.   Nuevo concepto de lo bueno y de lo malo: Ahora podemos distinguir lo q agrada a Dios y lo que no le agrada. (palabras, pensamientos y acciones) Éramos ciegos por Satanás (2 Co. 4:4) Pero hoy tenemos buena conciencia porque la sangre de Jesús nos ha limpiado. (Ef. 2:1-5)

5.   Deseo de leer la Biblia: Dios la usa para comprender Su voluntad (Sal.1:2, 119:97) y la recibimos como alimento espiritual para cambiar nuestro corazón. (1 P. 2:2) (He: 514) Si no la entendemos, el E. Santo nos la enseñará.

6.    Amor y compañerismo con otros creyentes en Cristo: Tenemos una nueva familia (Familia de Dios)  y desearemos estar con Él y nuestros hermanos en Cristo. Luego vamos a querer ser miembros de su Iglesia. (Hch. 2:42, 46,47)

7.    Luchas. (Pruebas de fe) Pasamos de las tinieblas a la luz y el enemigo se opone lo cual nos lleva a luchar contra esa oposición. (Juan 16:18, 2 Timoteo 3:12)

8.  Deseo de contar a otros de nuestra vida en Cristo: La nueva vida es demasiado buena para guardarla y queremos compartir las buenas nuevas con otros. (Hch. 1:8; 4:20)

¿Qué haremos nosotros ahora como hijos de Dios?

miércoles, 29 de mayo de 2019

¿Es Jesús Dios?


¿Alguna vez has conocido a alguien con tal magnetismo personal que ellos son siempre el centro de atención? Quizás sea su personalidad o su inteligencia –pero algo acerca de ellos es enigmático. Bueno, esa es la manera en que fue hace dos mil años con Jesucristo. Pero, mientras muchos personajes grandes sencillamente se pierden en los libros históricos, Jesús de Nazaret sigue siendo el enfoque de múltiples libros y controversias en los medios de comunicación.

Pero lo que hace a Jesús relevante aún hoy en el siglo 21 es la convicción de sus seguidores de que resucitó de la muerte y las afirmaciones sorprendentes que él hizo acerca de si mismo.  Como un impredecible carpintero de un pequeño pueblo en Galilea de Israel, Jesús hizo afirmaciones que, si son ciertas, tienen implicaciones profundas en nuestras vidas. Según Jesús, usted y yo somos especiales, parte de un gran plan cósmico.
Principalmente fueron las escandalosas afirmaciones de Jesús que le causaron ser visto como una persona excéntrica tanto por las autoridades romanas como por la jerarquía judía. Si bien él era un forastero sin credenciales o base de poder político, dentro de tres años, Jesús cambió el mundo para los siguientes 20 siglos. Otros líderes morales y religiosos han dejado un impacto – pero nada como ese desconocido carpintero de Nazaret.

¿Qué era lo que en Jesucristo hizo la diferencia? ¿Era él meramente un gran hombre, o algo más?

Estas preguntas llegan al corazón de quien fue Jesús realmente. Algunos creen que él era meramente un gran maestro moral; otros creen que él era simplemente el líder de la más grande religión del mundo. Pero muchos creen algo más grande. Los cristianos creen que Dios de hecho nos ha visitado en forma humana. Y ellos creen en la evidencia que lo respalda. Entonces, ¿Quién es el verdadero Jesús? Echemos un vistazo más de cerca.

Así como nosotros tomamos un vistazo más profundo a la persona más controversial del mundo, empezamos preguntándonos: ¿Jesús podría haber sido meramente un gran maestro moral?

¿Un Gran Maestro de la Moral?

Casi todos los eruditos reconocen que Jesús fue un gran maestro moral. De hecho, su brillante entendimiento de la moralidad humana es un logro reconocido incluso por aquellos de otras religiones. En su libro Jesús de Nazaret, el erudito judío Joseph Klausner escribió, “Es universalmente admitido… que Cristo enseñó las más puras y sublimes éticas… las cuales arrojan los preceptos morales y máximas de los hombres más sabios de la antigüedad lejos dentro de la sombra.”[1]

El sermón del monte de Jesús ha sido llamado la enseñanza más excelente de ética humana jamás pronunciada por un individuo. De hecho, mucho de lo que nosotros conocemos hoy como “igualdad de derechos” en realidad son el resultado de la enseñanza de Jesús. El historiador Will Durant dijo de Jesús que “él vivió y luchó incansablemente por la `igualdad de derechos’; en tiempos modernos él habría sido enviado a Siberia. ‘El que es mayor entre ustedes, será vuestro siervo’- esta es la inversión de toda sabiduría política, de toda cordura”.[2]

Algunos han tratado de separar las enseñanzas de Jesús en ética de las afirmaciones sobre él mismo, creyendo que él fue simplemente un gran hombre quien enseñó elevados principios morales. Esta fue la propuesta de uno de los Padres Fundadores de los Estados Unidos de América.

El Presidente Thomas Jefferson, nunca el educado racionalista, se sentó en la Casa Blanca con dos copias idénticas del Nuevo Testamento, una recta punta de navaja, y una gavilla de un octavo de tamaño de papel. En el transcurso de unas pocas noches, él hizo un rápido trabajo de cortar y pegar su propia Biblia, un delgado volumen que él llamó “La filosofía de Jesús de Nazaret”. Después de cortar cada pasaje que sugería la naturaleza divina de Jesús, Jefferson tenía un Jesús quien era no más ni menos que un buen guía ético.[3]

Irónicamente, las palabras memorables de Jefferson en la Declaración de Independencia tienen sus raíces en la enseñanza de Jesús de que cada persona es de inmensa e igual importancia para Dios, sin tener en cuenta el sexo, la raza o el estatus social. El famoso documento expone,: “Nosotros sostenemos estas verdades que son evidentes por sí solas, de que todos los hombres son creados iguales, que ellos son dotados por su creador con ciertos derechos inalienables…”

Pero la pregunta que Jefferson nunca hizo es: ¿Cómo podría Jesús ser un gran líder moral si él mintió acerca de ser Dios? Entonces quizás él no era realmente moral después de todo, pero su motivo fue comenzar una gran religión. Veamos si eso explica la grandeza de Jesús.

¿Un Gran Líder Religioso?

¿Se merecía Jesús el título de “gran líder religioso? Sorprendentemente, Jesús nunca proclamo ser un líder religioso. Él nunca se metió en la política religiosa o impulsó una agenda ambiciosa, y él ministró casi en su totalidad fuera de la establecida estructura religiosa.

Cuando uno compara a Jesús con los otros grandes líderes religiosos, una notable distinción emerge. Rabí Zacarías, quien creció en una cultura hindú, ha estudiado las religiones del mundo y observó una distinción fundamental entre otros fundadores religiosos y Jesucristo.

“Lo que sea que nosotros podamos pensar de sus afirmaciones, una realidad es inevitable. Ellos son profesores que apuntan a  sus enseñanzas o muestran una manera particular. En todo esto, ahí emerge una instrucción, una manera de vida. No es Zoroastro a quien usted se vuelve, no es Zoroastro a quien usted escucha. No es Buda quien te libra; son sus Verdades Nobles que te instruyen. No es Mahoma quien te transforma; es la belleza del Corán que te corteja. Por contraste, Jesús no solo enseña o expone Su mensaje. Él era idéntico con Su mensaje.”[4]

La verdad del punto de Zacarías subrayado por el número de veces en los evangelios que la enseñanza del mensaje de Jesús fue sencillamente “Ven a mí” o “Sígueme” u “Obedéceme”. También, Jesús hizo claro que su misión principal era perdonar los pecados, algo que solo Dios podía hacer.

Ningún otro líder religioso importante jamás proclamó tener el poder para perdonar pecados. Pero esa no es la única afirmación que Jesús hizo que lo separan de los otros. En The World´s Great Religions, (Las Grandes Religiones del Mundo) Huston Smith observó, “Solo dos personas asombraron a sus contemporáneos tanto que la pregunta que evocaron no fue ´ ¿Quién es él?’ sino ´ ¿Qué es él?´ Ellos fueron Jesús y Buda. Las respuestas que estos dos dieron fueron exactamente contrarias. Buda dijo inequívocamente que él era un mero hombre, no un dios –casi como si él preveía intentos más tarde de adorarle. Jesús, por otra parte, afirmó…ser divino.”[5]

¿Jesús afirmaba ser Dios?

Claramente, desde los primeros años de la iglesia, Jesús fue llamado Señor y considerado por la mayoría de los cristianos como Dios.Sin embargo su divinidad fue una doctrina que fue sometida a gran debate. Entonces la pregunta—y es la pregunta—es esta: ¿Realmente afirmaba Jesús ser Dios (el Creador), o fue su divinidad algo inventado o asumido por los autores del Nuevo Testamento? (Ver “¿Afirmó Jesús ser Dios?”)

Algunos eruditos creen que Jesús era un maestro tan poderoso y un personaje tan fascinante que sus discípulos solo asumieron que él era Dios. O tal vez ellos solo querían pensar que él era Dios. John Dominic Crossan y el Seminario Jesús (un grupo escéptico marginal de estudiosos con presuposiciones en contra de los milagros) están entre aquellos que creen que Jesús fue divinizado por error. Aunque libros como El Código Da Vinci argumentan que la divinidad de Jesús fue una doctrina tardía de la iglesia, la evidencia muestra lo contrario. La mayoría de cristianos que aceptan los evangelios como fiables insisten que Jesús afirmó su deidad.  Esa creencia puede ser trazada hasta los seguidores inmediatos de Jesús.

Pero hay aquellos que están dispuestos a aceptar a Jesús como un gran maestro, pero indispuestos a llamarle Dios. Thomas Jefferson no tuvo problema aceptando las enseñanzas de Jesús en moralidad y ética mientras negara su deidad.[6] Pero como hemos dicho, y estudiaremos más adelante, si Jesús no fue quien él afirmó ser, entonces debemos examinar algunas otras alternativas, ninguna de las cuales lo harían un gran maestro moral.
Incluso una lectura superficial de los evangelios revelan que Jesús afirmaba ser alguien más que un profeta como Moisés o Daniel. Pero es la naturaleza de esas afirmaciones lo que nos preocupa. Dos preguntas son dignas de atención.

• ¿Realmente afirmó Jesús ser Dios?

• Cuando él dice “Dios,” ¿Jesús realmente quiso decir que él era el Creador del universo del que se habla en la Biblia Hebrea?

Para dirigir estas preguntas, consideremos las palabras de Jesús en Mateo 28:18: “Se me ha dado toda autoridad en el cielo y en la tierra.” ¿Qué quiso decir Jesús cuando afirmó tener toda autoridad en el cielo y en la tierra?

Antes de que Jesús tomara la forma de hombre, se nos dice que co-existía eternamente con su Padre, y que Dios le había dado toda autoridad.  Pero Filipenses 2:6-11 nos dice que aunque Jesús había existido en forma de Dios, se “vació” de los poderes de Dios para ser hecho un ser humano.  Sin embargo, el mismo pasaje nos dice que después de su resurrección Jesús fue restaurado a su gloria anterior, y que un día “toda rodilla se arrodillará ante él como Señor.”

Por lo tanto, ¿Qué quiso decir Jesús cuando afirmó tener toda autoridad en el cielo y en la tierra? “Autoridad” era un término bien entendido entre los romanos-que ocupaban el territorio de Israel. En ese momento, César era la autoridad suprema en el mundo romano entero. Su edicto podría al instante lanzar legiones para la guerra, condenar o exonerar a criminales, y establecer leyes y reglas de gobierno. De hecho, la autoridad del César era tal que él mismo alegó divinidad.

Entonces, al menos Jesús estaba afirmado autoridad comparable a César mismo. Pero él no dijo solamente que él tenía más autoridad que los líderes judíos o gobernantes romanos; Jesús estaba afirmando ser la autoridad suprema del universo. Para aquellos a quienes él les habló, significó que él era Dios. No un dios—pero el Dios.  Ambas sus palabras y acciones testificaban al hecho de que creían que Jesús era Dios.

 ¿Jesús afirmó ser el Creador?

Pero, ¿Es posible que Jesús estuviera solo reflejando la autoridad de Dios y no estaba declarando que él era el verdadero Creador? A primera vista eso parece creíble. Sin embargo la afirmación de Jesús de tener toda autoridad parece tener sentido solo si él es el Creador del universo. La palabra “toda” abarca todo, incluyendo la creación misma.

Así como miramos más profundo dentro de las propias palabras de Jesús, un patrón parece emerger. Jesús hizo afirmaciones radicales sobre él mismo que, si ciertas, inconfundiblemente apuntan s su deidad. Aquí esta una lista parcial de tales declaraciones como registradas por relatos de testigos oculares.

•“Yo soy la resurrección y la vida.” (Juan 11:25)
•“Yo soy la luz del mundo.” (Juan 8:12)
•“Yo y mi padre somos uno.” (Juan 10:30)
•“Yo soy el Alfa y la Omega, el Primero y el Ultimo, el Principio y el Fin.” (Ap. 22:13).”
•“Yo soy el camino, la verdad, y la vida.” (Juan 14:6)
•“Yo soy el único camino al Padre [Dios].” (Juan 14:6)
•“Si me has visto, has visto al Padre.” (Juan 14:9)

Una vez más, debemos ir atrás al contexto. En las Sagradas Escrituras Hebreas, cuando Moisés preguntó a Dios su nombre en la zarza ardiente, Dios respondió, “YO SOY.” Él le estaba diciendo a Moisés que Él es el único Creador, eterno y trascendente en el tiempo.
Desde el tiempo de Moisés, ningún judío practicante se referiría a sí mismo o ningún otro por el “Yo Soy.” Como resultado, la afirmación del “YO SOY” de Jesús enfureció a los líderes judíos. Una vez, por ejemplo, algunos líderes le explicaron a Jesús porque ellos estaban tratando de matarlo: “Porque usted, un simple hombre, se ha llamado a usted mismo Dios” (Juan 10:33).

Pero el punto aquí no es simplemente que tal frase enojara a los líderes religiosos. El punto es que ellos conocían exactamente lo que él estaba diciendo—él estaba afirmando ser Dios, el Creador del Universo. Sólo esta afirmación habría traído la acusación de blasfemia. Leer en el texto que Jesús afirmó ser Dios es claramente justificado, no simplemente por sus palabras, pero también por la reacción a estas palabras.

¿Qué clase de Dios?

La idea de que somos todos parte de Dios, y que dentro de nosotros esta la semilla de divinidad, simplemente no es un posible significado de las palabras y acciones de Jesús.Tales pensamientos son revisionistas, extraños a su enseñanza, extraños a su declaración de creencias, y extraño al entendimiento de sus discípulos de su enseñanza.

Jesús enseño que él es Dios en la manera que los Judíos entendían a Dios y la manera que las Escrituras Hebreas retrataban a Dios, no en la manera en que el movimiento de Nueva Era entiende a Dios. Ni Jesús o su audiencia han sido criados en Star Wars, y entonces cuando ellos hablaron de Dios, ellos no estaban hablando de fuerzas cósmicas. Es simplemente mala historia redefinir lo que Jesús quiso decir con el concepto de Dios.

Pero si Jesús no era Dios, ¿seguimos bien nosotros llamándolo un gran maestro moral? C.S. Lewis argumentó, “Estoy aquí tratando de impedir a cualquiera de decir la cosa realmente absurda que la gente a menudo dicen de Él: ‘Estoy listo para aceptar a Jesús como un gran maestro moral, pero no acepto su afirmación de ser Dios.’ Esa es la única cosa que no debemos de decir.”[7]

En su búsqueda de la verdad, Lewis supo que él no podía tener ambos sentidos con la identidad de Jesús. O Jesús era quien afirmaba ser—Dios en la carne, —o sus afirmaciones eran falsas. Y si ellas eran falsas, Jesús no podría ser un gran maestro moral. Él estaría mintiendo  intencionalmente o sería un lunático con el complejo de Dios.

¿Era Jesús un Mentiroso?

Uno de los más conocidos y más influyentes trabajos políticos de todos los tiempos fue escrito por Nicolás Maquiavelo en 1532. En su clásico, El Príncipe, Maquiavelo exalta el poder, el éxito, la imagen, y la eficiencia por encima de la lealtad, la fe, y la honestidad. Según Maquiavelo, mentir está bien si logra un fin político.

¿Podría Jesucristo haber sido motivado por este principio Maquiavélico? De hecho, los opositores Judíos de Jesús estuvieron constantemente tratando de exponerlo como un fraude y un mentiroso. Ellos lo inundaron con preguntas en un intento de ponerle una trampa y hacerlo contradecirse a si mismo. Sin embargo, Jesús respondió con notable consistencia.

La pregunta con la que debemos lidiar es, ¿qué podría motivar a Jesús a vivir su vida entera como una mentira? El enseñó que Dios se oponía a la mentira y la  hipocresía, entonces él no lo estaría haciendo para complacer a su Padre. Él claramente no mintió para el beneficio de sus seguidores. (Todos menos uno fueron martirizados.) Y así somos dejados con sólo otras dos explicaciones razonables, cada una de las cuales es problemática.

Beneficio

Mucha gente ha mentido por ganancia personal. De hecho, la motivación de la mayoría de los mentirosos es algún beneficio percibido para sí mismos. ¿Qué podría haber esperado ganar Jesús al mentir sobre su identidad? El poder sería la respuesta más obvia. Si la gente creía que él era Dios, él tendría un enorme poder. (Eso es porque muchos líderes antiguos, tal como el del César, afirmaban un origen divino.)El problema con esta explicación es que Jesús rechazó todos los intentos de moverlo a él en la dirección del poder sentado, en vez de regañar a aquellos que abusaron de tal poder y vivieron sus vidas persiguiéndolo. Él también escogió alcanzar a los relegados (prostitutas y leprosos), aquellos sin poder, creando una red de gente cuya influencia era menos que cero. En una manera que puede solo ser descrita como extraña, todo lo que Jesús hizo y dijo se movió diametralmente en la otra dirección del poder.

Parece que si el poder fue la motivación de Jesús, él habría evitado la cruz a toda costa. Sin embargo, en varias ocasiones, él dijo a sus discípulos que la cruz era su destino y misión. ¿Cómo podría morir en una cruz romana traerle a uno poder?

La muerte, por supuesto, trae todas las cosas en el enfoque adecuado. Y mientras muchos mártires han muerto por una causa en la que ellos creían, pocos han estado dispuestos a morir por una mentira conocida. Ciertamente toda esperanza para la propia ganancia personal de Jesús habría terminado en la cruz. Aún, a su último aliento, él no renunciaría a su afirmación de ser el único Hijo de Dios.

Un Legado

Por lo tanto si Jesús no iba a mentir para beneficio personal, quizás sus afirmaciones radicales fueron falsificadas con el propósito de dejar un legado. Pero la posibilidad de ser golpeado a una pulpa y clavado a una cruz humedecería rápidamente el entusiasmo de la mayoría, que serían superestrellas.

Aquí hay otro hecho fascinante. Si Jesús estuvo hubiera simplemente dejado caer la afirmación de ser el Hijo de Dios, él nunca habría sido condenado. Fue su afirmación de ser Dios y su poca disposición de retractarse de ello que lo llevó a la crucifixión. Si realzando su credibilidad y reputación histórica fue lo que motivó a Jesús a mentir, hay que explicar cómo un carpintero de un pueblo pobre de Judea pudo anticipar estos eventos que lanzarían su nombre a prominencia mundial. ¿Cómo sabría él que su mensaje sobreviviría? Los discípulos de Jesús habían huido y Pedro lo había negado. No exactamente la fórmula de lanzamiento de un legado religioso.

¿Los historiadores creen que Jesús mintió? Los estudiosos han escudriñado las palabras y vida de Jesús para ver si hay alguna evidencia de un defecto en su carácter moral. De hecho, incluso los más ardientes escépticos están atónitos por la moral y pureza ética de Jesús. Uno de estos era el escéptico y antagonista John Stuart Mill (1806-73), el filósofo. Mill escribió de Jesús:

“Sobre la vida y dichos de Jesús hay un sello personal de originalidad combinado con profundidad de perspicacia en el primer rango de hombres de sublime genio de los cuales nuestra especie puede jactarse. Cuando este preeminente genio es combinado con las cualidades de probablemente el más grande reformador moral y mártir de esa misión que jamás haya existido sobre la tierra, la religión no puede decir haber hecho una mala elección escogiendo a este hombre como el representante ideal y guía para la humanidad.”[8]

De acuerdo con el historiador Philip Schaff, no hay evidencia, ni en la historia de la iglesia o en la historia secular, de que Jesús mintió acerca de nada. Schaff argumentó,:

“¿Cómo, en nombre de la lógica, sentido común, y experiencia, podría un mentiroso, egoísta, un hombre depravado haber inventado, y continuamente mantenido desde el principio hasta el fin, el más puro y noble carácter conocido en la historia con el más perfecto aire de verdad y realidad?”[9]

Para ir con la opción de mentiroso parece nadar contra corriente ante todo lo que Jesús enseñó, vivió, y por lo que murió. Para la mayoría de los estudiosos, simplemente no tiene sentido. Sin embargo, para negar las afirmaciones de Jesús, uno debe llegar con alguna explicación. Y si las afirmaciones de Jesús no son verdad, y él no estaba mintiendo, la única opción restante es que él debió haber sido auto-engañado.

¿Era Jesús un Lunático?

Albert Schweitzer, quién fue galardonado con el Premio Nobel en 1952 por sus esfuerzos humanitarios, tenía sus propias opiniones sobre Jesús. Schweitzer concluyó que la locura estaba detrás de las afirmaciones de Jesús de ser Dios. En otras palabras, Jesús estaba equivocado sobre sus afirmaciones pero no mintió intencionalmente. De acuerdo a esta teoría, Jesús en realidad estaba engañado, creyendo que él era el Mesías.

C.S. Lewis consideró esta opinión cuidadosamente. Lewis dedujo la locura de las afirmaciones de Jesús—si ellas no son verdad. Él dijo que alguien que afirmaba ser Dios no sería un gran maestro moral.  “Él podría ser un lunático—al nivel de un hombre que dice que él es un huevo hervido—o de lo contrario él sería el Diablo del Infierno.”[10]

Incluso los más escépticos del cristianismo rara vez cuestionan la cordura de Jesús. El reformador social William Channing (1780-1842), ciertamente no un cristiano, hizo la siguiente observación sobre Jesús:“El cargo de un extravagante, auto-engañado entusiasmo es lo último de lo que puede ser atribuido a Jesús. ¿Dónde podemos encontrar rastros de ello en la historia? ¿Los detectamos en la tranquila autoridad de Sus preceptos”[11]

Si bien su propia vida fue llena de inmoralidad y escepticismo personal, el nombrado filosofo francés Jean-Jacques Rousseau (1712-78) reconoció el carácter superior y la presencia de juicio de Jesús:

“Cuando Platón describe su imaginario hombre recto, cargado con todos los castigos de culpa, pero mereciendo la más alta recompensa de virtud, él describe exactamente el personaje de Jesús. …Que presencia de juicio. …Si, si la vida y muerte de Sócrates son aquellas de un filósofo, la vida y muerte de Jesús son aquellas de un Dios.”[12]

Schaff planteó la interrogación que debemos preguntarnos nosotros mismos:

“¿Es ese el intelecto—completamente sano y vigoroso, siempre listo y siempre sereno –responsable de un radical y más serio engaño en relación con su propio carácter y misión?”[13]

Entonces, ¿Fue Jesús un mentiroso o un lunático, o fue el Hijo de Dios? ¿Podría haber estado en lo correcto, Jefferson al etiquetar a Jesús de “solo un buen maestro moral” mientras negándole su deidad? Interesantemente, la audiencia que escuchó a Jesús—ambos creyentes y enemigos—nunca lo consideró como un simple maestro moral. Jesús produjo tres efectos principales en la gente que lo conocían: odio, terror, o adoración.

Y hoy, 2000 años más tarde, Jesús sigue siendo la persona más polarizadora en nuestro mundo. Aún no son su moralidad y ética, o legado que inflaman pasiones. El mensaje que Jesús trajo al mundo fue que Dios nos hizo con un propósito—y ese propósito está envuelto en Su Hijo.

Las afirmaciones de Cristo Jesús nos obligan a escoger. Como Lewis declaró, no podemos poner a Jesús en la categoría de ser solamente un gran líder religioso o un buen maestro moral.  Este pasado profesor de Oxford y escéptico nos desafía a tomar decisiones en cuanto a Jesús:

“Usted debe hacer una elección. O este hombre fue y es el Hijo de Dios: O bien un loco o algo peor. Usted puede encerrarlo a Él como un tonto, usted puede escupirle a Él y matarlo como a un demonio o usted puede caer a sus pies y llamarlo Señor y Dios. Pero no nos permita venir con ninguna afirmación condescendiente y sin sentido acerca de que es un gran maestro humano. Él no nos dejo esa posibilidad abierta a nosotros. No era su intención.”[14]

El pasado ateo de Lewis concluyó que Jesús no era ni un mentiroso ni un lunático.  La mejor explicación para la vida única, los milagros y las afirmaciones de Jesús es que él es Señor y Dios.

El apóstol Pablo, quien anteriormente rechazó a Jesucristo como otro radical con complejo de Mesías, luego escribe de él así:“Pues Cristo es la expresión visible del Dios invisible.  Existió antes de que empezara la creación, porque por él fueron creadas todas las cosas, sean espirituales o materiales, visibles o invisibles… Es más, absolutamente toda cosa fue creada por medio y para él… La vida de la nada inició por él, y él es, por lo tanto, justificablemente llamado el Señor de todo.”  Colosenses 1:15-17.

J.B. Phillips.