sábado, 31 de diciembre de 2016

La Iglesia


1. ¿Qué es la Iglesia? 

La palabra que se traduce “iglesia” en el Nuevo Testamento significa una compañía llamada a salir, o una asamblea. Se usa el conjunto de creyentes desde el día de Pentecostés hasta el día de la 2 da. Venida de Cristo. Nunca se emplea para describir a un edificio donde los cristianos se reúnen. La iglesia recibe el nombre de cuerpo de Cristo. (Efesios 1:22, 23) Cristo es la Cabeza y está en el cielo. Los creyentes son como las distintas partes del cuerpo. (1 Corintios 12:12,13) Cada uno tiene una responsabilidad distinta. La palabra iglesia también describe a pequeños grupos de creyentes de determinado lugar. (1 Corintios 1:2) Puede componerse de dos o tres. Lo importante es que Cristo esté con ellos. (Mateo 18:20)

2. ¿Cuáles son las actividades principales de la Iglesia local? 

No cabe duda que la voluntad de Dios es que trabajemos y adoremos juntos. “No dejando de reunirnos, como algunos tiene por costumbre”. (Hebreos 10:25) El libro de Hechos relata la historia de la iglesia en sus primeros días. Vemos que los creyentes se reunían con regularidad. Los recién convertidos “perseveraban en la doctrina de los apóstoles, en la comunión unos con otros, en el partimiento del pan y las oraciones”. (Hechos 2:42) Esto parece resumir las actividades de la iglesia primitiva.

a. Doctrina. 

La iglesia se reunía para escuchar la Palabra de Dios. Solo la Escritura puede hacernos sabios para la salvación. (1 Timoteo 3:15) Ese es el medio por el cual Dios nos purifica. (Juan 17:17). La Biblia también puede sobre edificarnos en la fe. (Hechos 20:32) En 1 Corintios 12 vemos que los miembros del cuerpo de Cristo deben ayudarse mutuamente. En 1 Corintios 14 podemos observar cómo funcionaban las reuniones de la iglesia local. Podría haber varios maestros (v. 26) pero todos hablaban bajo la dirección del Espíritu Santo y había perfecto orden. 

b. El partimiento del pan. 

Antes de morir, el Señor Jesús pidió a sus discípulos que hicieran una cosa muy sencilla en memoria de Él. Les pidió que partiesen un pan y participaran de una copa hasta que él regresara. Es de suma importancia hacer memoria de nuestro Salvador. Nadie quiere ser ingrato u olvidadizo. ¿Podría haber escogido el Señor objetos más aptos para ayudarnos a recordarle? El pan nos habla de su cuerpo que dio por nosotros. (El pan simbólico) La copa nos habla de su sangre derramada (sangre simbólica) para redimirnos. Su muerte es la prueba máxima de su amor hacia nosotros. 

c. La oración. Hay promesas especiales para la oración cuando dos o tres se ponen de acuerdo sobre alguna cosa. (Mateo 18:19) 

d. Reuniones. En Hechos 6 vemos como la iglesia se reunía para resolver sus problemas y tomar acuerdos para su buena marcha. 

e. ¿Cómo debe estar organizada la Iglesia local? 

Dios es un Dios de orden. La naturaleza y el Universo entero demuestra es esto. “Dios no es Dios de confusión”. (1 Corintios 14:33) En la Iglesia local también debe haber orden, orden divino. Todo debe estar de acuerdo con el plan de Dios y este plan se encuentra en el Nuevo Testamento. Cristo también da dones a la iglesia: Pastores, evangelistas, y maestros. (Efesios 4:11) Estos son para “perfeccionar a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo”, Efesios 4:12. Estos son dones para edificar a toda la iglesia. Nada dice la Biblia acerca de la organización de algún grupo de iglesias. En efecto, la palabra iglesia se emplea solamente para describir a todo el cuerpo de Cristo a un grupo local. Cada iglesia local es responsable directamente ante la Cabeza, que es Cristo. 

Compilado

domingo, 31 de julio de 2016

Un milagro para mi vida


Marcos: 6:30 -44, Hebreos: 6:14

Dios trabaja en nuestras vidas todo el tiempo y lo hace de manera diferente, porque El quiere bendecirnos, y que esa bendición vaya en aumento, en crecimiento, continuo y que se multiplique.

La historia habla del milagro de multiplicación, y Dios quiere impartir sobre tu vida esa multiplicación. Cuando Jesús vio la multitud El tuvo compasión, cuando vio a tanta gente esperando recibir lo que habían ido a buscar, El dijo yo no puedo permitir que esta multitud regrese a su casa de la misma manera que llegó a este lugar.

Esa gente llegó con una necesidad especifica y ya era tarde, se terminaba el día, pero Jesús estaba dispuesto a bendecirlos y lo primero que hizo Jesús fue VER cuantos panes y peces había en el lugar, solo había cinco panes y dos peces, muy poco comparado con la necesidad que reflejaba la multitud, pero a Jesús no le importó cuanto tenia en ese momento, porque si él podía ver su realidad podía cambiarla. 

Lo segundo que hizo fue tomar la canasta con panes y peces y mirando al cielo dio GRACIAS. Todo aquello en lo cual estás agradecido aunque parezcas poco cuando eleves el agradecimiento, no importa en la condición que te encuentras, sé agradecido por todo. 

Cuando el milagro llegó a tierra todos los que estaban en ese lugar colmaron sus expectativas y no solamente quedaremos sorprendidos del milagro que Dios, sino que ste es sobre abundante. 

Compilado

jueves, 31 de marzo de 2016

El "Yo" no muere sin nuestro total consentimiento


“Porque el deseo de la carne es contra el Espíritu y el del Espíritu es contra la carne; y estos se oponen entre sí, para que no hagáis lo que quisiereis”. Gálatas 5:17

El Espíritu Santo y el yo son diametralmente opuestos, porque como el apóstol Pablo escribió a la iglesia de Roma: “Por cuanto los designios de la carne son enemistad contra Dios; porque no se sujetan a la ley de Dios, ni tampoco pueden”.


Antes de que el Espíritu de Dios pueda obrar creativamente en nuestros corazones, debe condenar y aniquilar la “carne” dentro de nosotros; esto quiere decir que debe tener nuestro total consentimiento para desalojar nuestra vieja naturaleza reemplazándola por la persona de Cristo. 

Este desplazamiento está cuidadosamente explicado en los Caps. 6, 7 y 8 de Romanos. Cuando el cristiano ha pasado por la experiencia de crucifixión descrita en los Caps. 6 y 7 entra a las amplias y libres regiones del Cap. 8. Allí se destrona para siempre a la vieja naturaleza y se entroniza a Cristo para siempre.

A la luz de esto, no es difícil entender por qué la actitud cristiana hacia el yo es una prueba tan excelente de la validez de sus experiencias religiosas. La mayoría de los grandes maestros de la vida profunda tales como Fenelón, Molinos y otros tantos, han advertido acerca de las experiencias seudo religiosas que producen mucha alegría carnal pero que alimentan la carne y envanecen el corazón con amor propio.

A.W. Tozer