martes, 30 de noviembre de 2021

El gran mandamiento, Mateo 22:37.

 

Jesús resumió toda la ley en dos grandes mandamientos: ”Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, toda tu mente, toda tu alma todas tus fuerzas…y el segundo es semejante la primero: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo...”

¿Con qué amaremos a Dios?

1.    Con todo el corazón: La razón por la cual Jesús nos dice que sea con todo nuestro corazón es muy simple, ya que ahí se encuentra todos nuestros caminos, metas y nuestra voluntad. Por lo tanto Dios quiere que lo amemos, no por obligación, sino por voluntad propia.

2.   Con toda la mente: Tanto en el corazón como en la mente se encuentra nuestra voluntad pero en este último también se encuentra el control de lo que haces. Es importante cuidarlo y evitar que nuestra mente quede en manos equivocadas mediante malos consejos o hacer las cosas que a Dios no le agrada.

zz Con toda el alma: A veces, tomamos decisiones por emociones, lo que nos puede cegar nuestra meta y hacernos equivocar. Dios quiere que no pensemos con nuestras emociones ya que habrá momentos en que quizá el enojo esté presente y muchos sabemos que pensar estando enojado no es muy buena idea. Pero que nuestras emociones estén enfocadas hacia aquel Dios que todo lo sabe y que tiene una respuesta para cada uno de nosotros en cada momento de nuestra vida.

4.    Con todas nuestras fuerzas: Cada día necesitamos de esa energía para hacer las cosas que hacemos y tener un ánimo adecuado. Enfocar con ánimo y energía y un amor hacia Dios, puede hacer que el día de hoy, no importa la hora, Dios nos pueda halar o podamos hacer grandes cosas para Dios.

Cuando nos dice Jesús que amemos a nuestro prójimo como a nosotros mismos, es ver a cada persona que nos rodea como si fuera parte de nuestra familia, de ahí la razón por la cual está resumida toda la ley. Estrecharle la mano a un amigo y darle un abrazo fuerte, no es amar a un amigo, es simplemente saludar a un amigo, pero preocuparte por él y ver que se encuentre mejor que nosotros mismos, eso es amarlo.

Jesús sabía el destino de cada persona en la tierra y lo dejó todo. Siendo pobre pero teniendo riquezas que nadie puede contra, dejándose golpear e insultar, teniendo el poder más grande conocido por la historia, también siendo el Señor de Señores y lavarle los pies a sus discípulos y morir en la cruz, solo para que tú y yo vivamos mejor en la tierra, simplemente eso es amor al prójimo.

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